Semana Provincial de las Aves

Se celebra anualmente en la tercera semana del mes de octubre, en conmemoración del nombramiento de los Humedales de la Península Valdés como Sitios de Importancia Regional e Internacional por la RHRAP y la Convención Ramsar sobre los Humedales.


El 14 de mayo de 2013 la Legislatura de la Provincia del Chubut sanciona por Ley la “Semana Provincial de las Aves”. En su Artículo 1ro. se declara que la misma es la tercera semana de octubre de cada año, en conmemoración del acto formal de entrega de certificados y credenciales de reconocimiento de los Humedales de la Península Valdés como “Sitio de Importancia Regional” de la Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras (RHRAP) y como “Sitio de Importancia Internacional” para la Convención Ramsar sobre los Humedales. Estas nominaciones fueron propuestas y gestionadas por el Laboratorio Humedales Utilizados por Aves Playeras del IDEAus.
Cabe preguntarse cual es la conexión entre los humedales de la península y la semana de las aves. Tema que trataremos de explicar.

Las aves playeras
Existe un numeroso conjunto de especies que habitan ambientes acuáticos (marinos y también continentales) que conocemos como chorlos y playeros. También se las conoce como aves limícolas, por su condición de alimentarse en ambientes limosos. Son tantas y tan variadas las especies de este grupo que es difícil dar una característica que las describa. Sólo enfatizaremos en dos aspectos referidos a su plumaje y sus migraciones. Respecto de su apariencia, suelen presentar dos plumajes distintos durante el año: uno reproductivo (en general más llamativo) y otro no reproductivo, en el que dominan los tonos grises y pardos. Respecto de su condición de migradoras, en nuestras costas podemos ver especies de corta o larga migración (técnicamente Neotropicales y Neárticas). Dentro de las primeras podemos mencionar al chorlo de doble collar, que se reproduce en la costa patagónica y que migra hasta el sur de Brasil en el invierno. Y no está de más recordar que este chorlo es el ave oficial de la ciudad de Puerto Madryn. Por otro lado, ejemplos de las grandes migradoras son los playeros rojizo, blanco o de rabadilla blanca, especies que recorren más de 30.000 km al año al unir -en viaje de ida y vuelta- la tundra ártica donde se reproduce con la costa patagónica austral.

Más allá de lo increíble de sus desplazamientos, resulta la autonomía de sus vuelos. El playero rojizo (la especie más estudiada) tiene capacidad para volar ininterrumpidamente miles de km. Así, luego de pasar primavera y verano australes en Tierra del Fuego, en marzo inicia su migración hacia el norte; hace su primera escala en el sistema Península Valdés-San Antonio Oeste, luego para en Brasil, luego en Bahía Delaware (Estados Unidos) para finalmente arribar a la tundra ártica, donde se reproducirá. ¡En solo 4 saltos cruza todo el continente! Es capaz de volar 8 mil km sin parar.

Notará el lector que hablamos de sitios de paradas específicos. Siempre son los mismos y siempre arriban a los mismos durante una estrecha ventana de tiempo. ¿Por qué? Porque estos sitios son muy particulares: tienen comida con extraordinarios valores de calidad y cantidad como para asegurar a las aves el “combustible” necesario para cada desplazamiento.

La dependencia de parar en estas playas maravillosas fue una trampa mortal para el playero rojizo. Su arribo a Bahía Delaware está sincronizado con la reproducción del cangrejo cacerola, los cuales arriban masivamente a la costa para desovar. Estos huevos son el alimento ideal para estas aves que así engordan y acumulan energía para poder volar hasta tierras árticas.

Hacia el año 2000, pese a las advertencias de la comunidad científica y de organizaciones ambientalistas, se permitió la captura de los cangrejos para su utilización como carnada en la pesquería de anguilas y caracoles. Un solo error tuvo su efecto dominó. Con la disminución de los cangrejos no hubo huevos, por lo tanto los playeros no tuvieron la energía necesaria para sobrevivir o para tener una buena temporada de reproducción. Desde esa temporada, el playero pasó a ser una especie en peligro de extinción. Para dar una idea, en la Península Valdés durante los años 90 se podían ver bandadas de 8000 individuos, mientras que durante todo el paso migratorio de 2013 sólo alcanzamos a ver una bandada de 170 playeros.

Las Humedales de la Península Valdés

Uno de los humedales  de la Península Valdés utilizados por las aves playeras.

El Laboratorio Humedales Utilizados por Aves Playeras del Instituto de Diversidad y Evolución (IDEAus), que forma parte del CENPAT, lleva casi 30 años estudiando los ambientes en los cuales hacen su parada estas aves migratorias. Es imposible describir aquí las investigaciones realizadas y sólo haremos hincapié en un par de datos relevantes. A grandes rasgos, cuando un playero rojizo arriba a la península desde el sur, debe casi duplicar su peso en unas tres semanas, mediante la acumulación de sustancias de reservas que utilizará como “combustible”. Ello implica que un solo individuo, debe ingerir varios miles de almejas por día para estar sincronizado con la migración. Ahora bien, las playas de la península donde se alimentan son sólo dos o tres y, además, muy pequeñas. En ellas, por influencias tanto marinas como de continente adentro, se encuentran poblaciones de almejas tan densas que en un solo metro cuadrado de playa podemos contar entre 3 y 5 mil almejitas. Estas extraordinarias condiciones fueron “descubiertas” por los playeros. Y así, a lo largo de su historia evolutiva se han especializado en parar siempre en estos escasos puntos de alta energía que existen en su línea migratoria que une los extremos del continente americano.

La Conservación
Al descubrir y estudiar estas historias, nuestro laboratorio tuvo la información necesaria para proponer que estos ambientes, denominados humedales costeros, tengan la máxima protección para proteger estas especies tan vulnerables. Debe entenderse que para proteger una especie debe protegerse el ambiente donde vive. Y que este ambiente, a su vez, puede estar regulado por lo que pasa a muchos km de distancia. Para el caso de las playas de la península de las que hablamos, el aporte de sedimentos de meseta es esencial para que existan las poblaciones de almejas. ¡Hablamos de unos 5 km continente adentro!

Así, el 16 de octubre 2012, los Humedales de la Península Valdés fueron formalmente nominados sitios Ramsar y de la Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras.

Chorlo de doble collar

La nominación se basó tanto por la importancia de estos humedales para la alimentación y descanso de las aves, sino también por ser sitio de reproducción de chorlos doble collar.

La RHRAP tiene es el primer sistema hemisférico de reservas naturales en red cuyo objetivo es proteger a las especies de aves playeras y sus hábitats en América. Por su parte, la Convención de Ramsar es de escala mundial, donde a la fecha más de 160 países (Partes Contratantes) velan por la conservación de los ciertos humedales de importancia internacional, no sólo por albergar especies de aves, sino por tantos servicios que ofrecen los ambientes acuáticos a la humanidad.